ARGUMENTO:

'Princesa Insana: Delirios de una anoréxica' es la primera obra de María Belén Schilling. Es la terrible y devastadorahistoría de una chica muy fuera de lo normal que vive en su propio mundo de mentiras y engaños, y que va creciendo y formando una personalidad obsesiva, límite, dependiente, anoréxica y de tendencias suicidas. La anorexia y la bulímia acaban con la poca cordura de la adolescente y tanto su mente como su cuerpo padecen el peor de los deterioros. Belén se hace conocida como Princesa Insana, una especie de 'inspiración' en un mundo de anoréxicas.
Su caótica vida da un inesperado giro cuando su propio mundo personal es descubierto en consecuencia de haber llegado a un peso extremadamente bajo y por las constantes crisis. Belén espuesta en rehabilitación y a partir de ahí su vida se transforma en un holocausto personal. No dispuesta a acatar las órdenes de los médicos, mentir, esconder y fingir se convierten en su día a día, sin medir las consecuencias que ese comportamiento insano y destructivo le pueden traer.

'No era exactamente la clase de chica que un hombre hubiera querido tener al lado, era caprichosa, posesiva y celosa enfermiza. Era obsesiva hasta la médula. No me importaba ser atractiva ni pretendía serlo.'

Capítulo XVIII: Patología de amor
'El tiempo durante la internación era incierto. Estaba pérdida en el tiempo. Mi único reloj era la comida. Sabía que era el mediodía si venía el almuerzo. Pero nada más. No sabía de días, no porque no pudiera, sino porque ni preguntaba. Mi mente no estaba para eso. Para mi fueron años. Años tirada en una cama haciendo nada más que comer. Años entre enfermeras y monjas que rezaban por mi. '


Capítulo XXII: Adelgazo, luego existo
'Mi tía me abrazo. Me dijo que tenía que ser fuerte, que eran cosas que pasaban, que las cosas malas siempre están y hay que superarlas. Por primera vez hablé con mi tía del tema de la comida. Mil veces ella me había acompañado a rehabilitación o me había llevado al médico y lo único que me había dicho es 'yo no te voy a preguntar nada, si vos querés me vas contar'. Siempre me respeto, era hora de que le cuente que me pasaba. Quería que ella me entienda. Que entienda que yo no quería hacerle mal a nadie, sólo a mi. Quería que entienda que nunca había sido esa nena feliz que aparentaba ser, que desde chiquita me caía a pedazos. Quería que sepa que nunca había sido su 'conejito' (así me llama ella) fuerte y decidido. Sino que más bien era débil y estaba confundida. Le conté que yo no había dejado de comer para ser flaca, ni siquiera había decidido dejar de comer. Simplemente pasó. Yo no quería ser una modelo, de hecho nunca en la vida me había interesado el cuerpo, siempre había sido la más flaca de donde iba y no era algo que me importara. Le dije que quería desaparecer, que me sentía sola, que era un parásito y había dejado de ser yo para convertirme en los demás. Que mi cuerpo estaba vacío y sólo se ocupada de hacer que la mochila que llevaba pesara más. Ella me escuchaba y entendía, o trataba de entender. Yo lloraba y rogaba porque todo sea una psadilla y mañana me despertara en los brazos de Ezequiel o en casa'


Capítulo XXV: Mi Holocausto Personal.
'Me levanté de la cama y salí de la habitación al pasillo. Era de noche y estaba todo calmo. Caminé por el pasillo y a los lejos todavía podía escuchar los gritos de mis papas. Me acerqué a una ventana. Recuerdo que para abajo se veía un lindo jardín con una estatua de la Virgen María. Sentía el aire correr por mi piel y enfríar el lugar por donde habían corrido mis lágrimas hacen unos segundos. Lloraba porque sabía que la culpa era mia, o eso creía. Es verdad yo no decidí enfermarme, pero podría haber hecho el tratamiento como debía y no estaría donde estaba. Miraba por la ventana, y a mi venía un deseo prohibido. Tenía ganas de saltar. Me preguntaba cómo se sentiría el momento antes de caer, en el que ves el suelo acerse. Cómo se sentiría el impacto. Si moriría al instante o sentiría dolor. Quería saltar, pero tenía miedo a no morir.'


Capítulo XXI: Dios te salve María.
'Me explicó que ese era un centro de tratamiento de trastornos de la alimentación, que habían tratado con muchas chicas con estos problemas y sabían bien como manejarse. Que hoy las chicas eran felices y sus vidas no pasaban por la comida, por el cuerpo o por una balanza. Ella estaba convencida de que yo era un caso más. Pero no, no Edith. Te equivocaste. Yo no era un caso más. Yo no soy de las que piense '¿cómo sería mi vida sin todo esto, sin pensar en calorías, ni numeros?' o que se reeplantea porque ya no sonríe o perió a sus amigos. No, yo no era de esas. A mi no me había cambiado la vida la anorexia. No. ¿Cómo era mi vida antes de que la anorexia entrara en mi vida? Simplemente, una mierda. Ya lo leyeron, ya saben. Ni hoy en día me imagino cómo hubiera sido mi vida sin la anorexia. Me daba aunque sea unos segundos de felicidad; una felicidad que no encontraba en ningún lado. Obvio, me lastimaba, pero no más que todo lo demás.'


Capítulo XVIII: REHAB
'Pronto mis problemas emocionales se vieron acompañados de un deterioro físico. Mi cuerpo empezó a reflejar lo que mi alma callaba.'



Capítulo XV: Se mira, no se come
'Pero que les puedo decir señores y señoras, el fin justifica los medios. ¿Qué fea frase no? Tan superficial, sobre todo en este caso, en esta enfermedad. Chicas buscando ser más flacas, más lindas, más felices (supuestamente), que tienen que aguantar mareos, dolores de cabeza, vomitar, culpas, angustias, llantos, caída de pelo, irritabilidad, cansancio, desmayos, y demás cosas. ¿Para qué? Para llegar a un peso en el que supuestamente vas a ser feliz, pero de pronto ¿qué pasó? Te das cuenta que no sos feliz. Te das cuenta que seguís igual de obesa, aunque el mundo entero te grite que sos un esqueleto. Te das cuenta de que la tristeza no se fue, y la alegría nunca apareció. Entonces, ¿el fin justifica los medios? No. No los justifica. Por lo menos no para las que creen que siendo más flacas y yendo por este camino van a ser más felices. A mí en cambio, la frase me viene como anillo al dedo. El fin justifica los medios. Me quería morir, lo estaba haciendo lenta y dolorosamente, y claramente iba a llegar a la muerte. Si, para mí, era así.'

Capítulo XV: Se mira, no se come

'La consumición iba de a poco. Primero las calorías, después la grasa y, por último los mismo órganos.Las calorías se iban gastando y no había repuesto. Es una simple cuenta matemática; salía más de lo que entraba.Sentía como cada una de mis últimas calorías se consumían con cada movimiento que hacía.Atrás quedaba mi fuerza, mi energía, pero aún así me las arreglaba.'

Capítulo XVI: Just English tea, please!