ARGUMENTO:

'Princesa Insana: Delirios de una anoréxica' es la primera obra de María Belén Schilling. Es la terrible y devastadorahistoría de una chica muy fuera de lo normal que vive en su propio mundo de mentiras y engaños, y que va creciendo y formando una personalidad obsesiva, límite, dependiente, anoréxica y de tendencias suicidas. La anorexia y la bulímia acaban con la poca cordura de la adolescente y tanto su mente como su cuerpo padecen el peor de los deterioros. Belén se hace conocida como Princesa Insana, una especie de 'inspiración' en un mundo de anoréxicas.
Su caótica vida da un inesperado giro cuando su propio mundo personal es descubierto en consecuencia de haber llegado a un peso extremadamente bajo y por las constantes crisis. Belén espuesta en rehabilitación y a partir de ahí su vida se transforma en un holocausto personal. No dispuesta a acatar las órdenes de los médicos, mentir, esconder y fingir se convierten en su día a día, sin medir las consecuencias que ese comportamiento insano y destructivo le pueden traer.

'Pero que les puedo decir señores y señoras, el fin justifica los medios. ¿Qué fea frase no? Tan superficial, sobre todo en este caso, en esta enfermedad. Chicas buscando ser más flacas, más lindas, más felices (supuestamente), que tienen que aguantar mareos, dolores de cabeza, vomitar, culpas, angustias, llantos, caída de pelo, irritabilidad, cansancio, desmayos, y demás cosas. ¿Para qué? Para llegar a un peso en el que supuestamente vas a ser feliz, pero de pronto ¿qué pasó? Te das cuenta que no sos feliz. Te das cuenta que seguís igual de obesa, aunque el mundo entero te grite que sos un esqueleto. Te das cuenta de que la tristeza no se fue, y la alegría nunca apareció. Entonces, ¿el fin justifica los medios? No. No los justifica. Por lo menos no para las que creen que siendo más flacas y yendo por este camino van a ser más felices. A mí en cambio, la frase me viene como anillo al dedo. El fin justifica los medios. Me quería morir, lo estaba haciendo lenta y dolorosamente, y claramente iba a llegar a la muerte. Si, para mí, era así.'

Capítulo XV: Se mira, no se come